Vamos a ver varias razones para considerar
acerca de la astrología:
1. La astrología es la disciplina
esotérica más conocida por el público. Las discusiones entre partidarios y
adversarios de la astrología siempre se vuelven a encender con renovada
pasión.
2. La mayoría de las ideas del
profano sobre astrología son totalmente falsas, cosa que dificulta qué tanto
partidarios como adversarios la comprendan.
3. Siguiendo al espíritu de la época hay cada vez más astrólogos que
tratan de separar la astrología de su origen esotérico y adaptarla, paso a
paso, al estilo de razonar funcional científico. Se esperaba que con tal
proceder fuera reconocida por la ciencia oficial. A causa de este proceso se
ha degradado la astrología original a una pura técnica.
4. La astrología originaria es típicamente una disciplina esotérica en
su estructura interna y su manera de pensar. Es por eso que la estamos tratando
como representante de todas las otras técnicas mánticas. Basándose en la
filosofía que fundamenta la astrología, nos proponemos desarrollar a
continuación consideraciones ulteriores sobre el tema destino y enfermedad.
Antes de hacer algunas reflexiones abstractas
para una mejor comprensión de nuestro tema, pediré al lector que resuelva los
dos problemas siguientes: Busque lo que tengan en común en cada caso (su idea
genérica) los siguientes conceptos:
a) perro,
estornino, hormiga, cocodrilo, oso, elefante, trucha.
solución:..............................
b) plomo, macho cabrío, dientes, hiedra, celda
de convento, color negro, minero.
solución:..............................
Con seguridad, la solución del problema a) no representa ninguna dificultad. Porque el concepto genérico "animal" es inmediatamente reconocible para cualquiera. Pero mucho más difícil resultará la solución del problema b) porque los conceptos citados no parecen nada homogéneos. El sentido y la explicación de estos dos planteamientos se explicarán en lo que sigue, paso a paso.
Cuando el hombre se enfrenta con la diversidad de las formas
fenoménicas, siente la necesidad de ordenarlas. Todas las filosofías y ciencias
corresponden a ese fundamental deseo humano. Pero desde siempre ha habido dos
caminos diferentes para ordenar esta variedad que al principio parece
inabarcable:
1, Creando conceptos genéricos para las distintas individualidades con
características comunes (por ej.: plantas, animales, piedras). Así resulta una
subdivisión de la realidad en niveles (reino animal, vegetal, mineral, etc.).
2. Se buscan unidades de las cuales se compone la
variedad, mediante distintas relaciones de mezcla. Tanto la teoría de los
elementos como también el modelo atómico de los filósofos presocráticos se
basan en este modelo de pensamiento.
En cuanto
a este modo de ordenar, el documento de nuestra época que más impresiona es el
sistema periódico de los elementos. Un sistema tal permite reducir la
diversidad de las formas fenoménicas a algunas cualidades originarias. Las
diferentes composiciones y proporciones de mezcla dan la realidad múltiple,
cuya estructura se puede comprender mejor así.
Los principios primordiales de la realidad
Este segundo modo de proceder, válido en el
ejemplo del sistema periódico sólo para el nivel de la materia, ahora lo vamos
a transferir al total de la realidad. Aquí partimos nuevamente de la
consideración de que la variedad se basa en un número limitado de unidades.
Pero como queremos abarcar toda la realidad con nuestro sistema, tenemos que
buscar unidades que tengan vigencia en todos los niveles, ya sea el reino
animal, el vegetal, a nivel material o psíquico. En el primer capítulo ya hemos
hablado de que la materia siempre necesita información para ser configurada.
De ahí resulta que la idea es siempre lo más original y más real.
Desgraciadamente en nuestra época materialista
se ha impuesto la opinión contraria. Así, se piensa que primero hay una piedra
y que entonces el hombre, al contemplarla, desarrolló la palabra y la idea de
la piedra, pero en realidad pasa exactamente lo opuesto. Sin la idea de la
piedra nunca se puede manifestar una piedra concreta. La idea y el idioma
siempre están presentes mucho antes que sus representaciones materiales.
("En el principio era el Verbo...")
Si un pintor quiere pintar un cuadro, lo primero
que necesita es una idea, sólo entonces puede transferir esta idea al plano
material. No es el cuadro el que crea la idea, sino que es ésta la que se
condensa en un cuadro. Si entonces queremos proyectar un "sistema
periódico de la realidad", nuestras unidades hipotéticas tendrían que ser
ideas arquetípicas.
Deben existir tales imágenes arquetípicas como
elementos primordiales de la realidad, pero al hombre le resulta muy difícil
el acceso al mundo de las ideas puras, por eso, por el momento, formulamos
unidades hipotéticas y las caracterizamos con símbolos abstractos. Por ahora no
tiene importancia cuáles son esos símbolos. Sería posible, y de acuerdo con
nuestra época, que fueran X, Y, Z, etc. Así tenemos a X como una determinada
idea arquetípica en el campo del mundo de las ideas. Pero como este mundo de
las ideas es la imagen primordial de nuestra realidad visible y perceptible,
ésta debe encontrarse también en el mundo manifestado.
Con más precisión, esto quiere decir, que debe
hallarse en cada nivel de la realidad un cierto representante de la idea
arquetípica X. Así encontraremos tanto en el reino animal, como en el vegetal o
el mineral, así como también en el nivel del hombre, algo concreto que
represente la idea arquetípica X en este nivel de la realidad. Si X no se puede
descubrir en cada uno de estos niveles, entonces no merecería el título de
"ideas arquetípicas". Esta consideración nos conduce a una matriz que
contiene los distintos niveles, que son atravesados verticalmente por las ideas
o principios arquetípicos determinados:
|
|
|
Principio
primordial
|
x
|
y
|
Ideas
|
|
|
Definición del
principio
|
Estructura, obstáculo,
resistencia,
Tiempo
|
Energía, impulso
|
Cielo
|
9
|
9
|
Mineral
|
Plomo, cal
|
Hierro
|
Planta
|
Hiedra, cardo, acebo,
cola de caballo
|
Ortiga
|
Animal
|
Cuervo, macho cabrío
|
Fieras, roedores
|
Cuerpo
|
Esqueleto, dientes
|
Músculos, sangre
arterial
|
Enfermedades
|
Enfermedades
degenerativas,
calcificación,
formación de
cálculos
|
Inflamaciones,
heridas
|
Lugares
|
Prisión, convento,
asilo de
ancianos, cementerio
|
Forja, campo
de batalla
|
Región
|
Montaña, desierto frío
|
Región volcánica
|
Social
|
Minero, personas
ancianas
|
Soldado
|
Color
|
Negro, azul marino
|
Rojo
|
En esta matriz hallamos algunos representantes
de X e Y en distintos niveles de la realidad, cuya significación o
justificación por ahora nos es difícil de comprender. En este momento es suficiente
aceptar que el ordenamiento sea así, porque no estamos considerando todavía si
son correctos o no.
Lo que sí debería estar claro es que un
principio arquetípico atraviesa verticalmente todos los niveles del mundo de
las formas.
El número de niveles no tiene límites, los
niveles mostrados son un pequeñísimo segmento y se pueden extender a todos los
niveles que se prefiera (por ejemplo: tipos de verdura, acciones de cervecerías,
instrumentos musicales, estilos de construcción, etc.). Algunos habrán
descubierto bajo X los conceptos de la pregunta inicial b) . Aquí se puede
llegar a entender, en qué se diferencian las preguntas a) y b).
La pregunta a) contiene distintos conceptos de
un solo nivel, a saber del reino animal. Todos hemos sido educados para
reconocer esto. Pero la pregunta b) contrariamente, contiene conceptos de una
serie vertical de principios, cuyo concepto genérico reside en un principio
arquetípico hasta ahora no definido, al que, por ahora llamaremos X. Al tratar
de resolver concretamente el problema b) debíamos darnos cuenta que no estamos
acostumbrados a pensar de manera vertical y por eso no vemos ningún elemento en
común, por más que así sea, como ahora se irá aclarando poco a poco.
Es importante comprender que existe tanto una
distribución horizontal de la realidad en niveles, como también un orden vertical
de cadenas de principios. La primera es usada casi exclusivamente por la
ciencia, la segunda la usa el esoterismo casi con la misma exclusividad. Porque
el axioma: "Como es arriba, así es abajo", lleva obligatoriamente a
una manera de pensar vertical. Así que el sistema de pensar científico y el
esotérico se diferencian ya exteriormente en exactamente noventa grados. De ahí
resulta el bien conocido "discurrir el uno por al lado del otro",
característico del desencuentro de ambos enfoques, lo que no debería sorprendernos.
La matriz dibujada nos deja sacar más
conclusiones, por ejemplo: si por cualquier razón cambiara un principio
arquetípico, se debería tornar visible ese cambio simultáneamente en todos sus
representantes y en todos los niveles de la realidad. Así, de modo análogo,
deberían tener sus efectos toda interacción y mutua influencia de los
principios primordiales en todos los niveles del mundo visible. Esta relación
necesaria también debería hacer posible sacar a la inversa conclusiones de la
observación de los representantes de cualquier nivel concreto, con respeto a
las ideas primordiales, que de otra manera no nos serían accesibles.
De modo
más concreto, esto significa: cada principio primordial tiene que tener cierto
animal que le corresponda en ese reino. Si conozco esta correspondencia, puedo
tomar un animal de cada principio y reunirlos juntos en un zoológico.
Observado
como se comportan estos animales entre sí, debería ser posible sacar conclusiones,
tanto respecto al nivel de los principios primordiales, como también para todos
los demás niveles concretos, es decir, se extraen conclusiones por analogía de
la observación de un nivel hacia otro nivel.
Para proceder así es necesario conocer
exactamente las correspondencias verticales y también la capacidad de
transportar por analogía las observaciones concretas de un nivel a las
circunstancias de otro nivel. Así que, en pura teoría, observando animales,
podemos sacar conclusiones sobre las plantas, los paralelismos sociales del
hombre o el comportamiento de las acciones de una cervecería. Pensar así se
llama sacar conclusiones por analogía y no tiene nada que ver con la
causalidad.
Para citar un ejemplo banal, esto significaría aproximadamente lo
siguiente: si yo sé por experiencia que los domingos debo ir a la iglesia y que
cada domingo hay asado de cerdo para la comida, entonces puedo llegar a la
conclusión de que, si hoy tengo que ir a la iglesia, hoy también voy a comer
asado de cerdo al mediodía. Esta conclusión lleva a resultados correctos si
bien "ir a la iglesia" no tiene nada que ver con
"almuerzo", no existe ninguna relación causal entre los dos hechos.
Lo que hace que mi conclusión sea correcta reside en un tercer punto en común,
a saber, que estos dos hechos se producen un día, domingo. Pero este tercer
punto en común se puede omitir completamente en el momento de sacar la
conclusión.
Volvamos a nuestra "matriz de la
realidad". En principio resulta totalmente indiferente cuál es el nivel
que elijo como base inicial para una observación y cuáles son los otros
niveles sobre los que proyecto las conclusiones por analogía. Pero en la
práctica, no todos los niveles se prestan igual de bien. Así que no le aconsejaría
a nadie usar el "zoológico de los principios primordiales", mencionado
como ejemplo, para uso diario. Aunque más adelante veremos que en la historia
se ha hecho uso prácticamente de todos los niveles para estos fines.
Símbolos para los principios primordiales
Empero, en la búsqueda de un nivel de
observación ideal se presentó el firmamento como especialmente fecundo. El
nivel del firmamento no se mezcla con otros, y el comportamiento de los astros,
captable matemáticamente, hace posible una interpolación para el pasado y el
futuro, sin tener que estar observando constantemente. Como el firmamento con
sus astros es un nivel de la realidad como cualquier otro, también en él se
debían encontrar los representantes de todos los principios primordiales.
Por eso es que se dio a los diferentes cuerpos
celestes los nombres de los distintos principios que representan en cada caso
en el cielo.
Finalmente debemos encarar los nombres de estos
principios primordiales porque en la historia de la humanidad no se los designó
con X, Y, Z, como lo hemos hecho nosotros por el momento. Lo que se ha hecho es
tomar otros signos como símbolos que no se eligieron al azar, sino que ya eran
jeroglíficos discernibles de los principios.
Nos acordamos del axioma mencionado
inicialmente, de que todo lo que origina la naturaleza se compone de la
trinidad cuerpo,alma y espíritu.
El espíritu se designaba en los tiempos antiguos
con el' símbolo del círculo, que debía simbolizar la unidad y la perfección del
principio espiritual. Para el alma el semicírculo, o bien una copa,
representaban la predisposición, la receptividad y la impresionabilidad del
principio del alma. Finalmente el cuerpo se expresa por el símbolo de la cruz,
que representa la esencia de la materia, de manera análoga el número 4. Con
estos tres símbolos básicos 0 U + se formaron por distintas composiciones los símbolos de
los diferentes principios
primordiales. Determinadas consideraciones condujeron a los sabios de la
antigüedad a adoptar 7 principios primordiales. No es el momento de tratar aquí
la justificación del número 7. Solamente quiero recordar que también el arco
iris tiene 7 colores, la semana 7 días, el Padre Nuestro 7 súplicas, etc. Así
en la antigüedad se conocían 7 cuerpos celestes. Ciertamente en los tiempos
modernos se han agregado 3 planetas más, hasta llegar a 10, cosa que en sí no
anula el clásico número 7.
Así se declaró al Sol representante del
principio espiritual recibió como símbolo un círculo con un centro. La luna
representa lo anímico y lo receptivo . La cruz como símbolo de la materia (+)
no se representa sola, porque la materia sin alguno de los otros dos principios
no puede existir. El símbolo de Mercurio nos muestra que los 3 principios están
reunidos en equilibrada armonía. El símbolo de Marte (ésta es la manera
originaria de escribirlo hoy se cambia la cruz por una flecha, para evitar
equivocaciones ) nos muestra como la materia domina al espíritu, pero también
como el espíritu pone en movimiento a la materia desde abajo. El polo opuesto
es Venus , donde domina claramente el espíritu sobre la materia. En el
principio de Júpiter domina el alma sobre lo material, pero el principio de
Saturno muestra claramente como pesa la materia sobre el alma.
Sabemos entonces que en los tiempos antiguos los
7 principios primordiales se llamaron Sol, Luna, Mercurio, Marte, Venus, Júpiter
y Saturno. A estos 7 principios primordiales se les asignaba en cada caso un
cuerpo celeste, que recibía el mismo nombre; además se personificaron y se
señalaron como dioses. Por eso tenemos que completar nuestra matriz como sigue:
Principio
primordial
|
(x)
|
(y)
|
Ideas
|
|
|
Definición del
principio
|
Estructura, obstáculo,
resistencia, tiempo
|
Energía, impulso
|
Cielo
|
Saturno
|
Marte
|